En esta entrevista, Stephanie Melville, presidente de Progreso, comparte su trayectoria como la primera mujer en dirigir la compañía. Bajo su liderazgo, Progreso ha completado recientemente su expansión a ocho países de la región, incluyendo su reciente incursión en República Dominicana. Como cuarta generación de su familia en la empresa, Melville enfrenta el desafío de mantener el legado familiar mientras impulsa el crecimiento de la compañía en una industria en constante evolución.
Un legado familiar y un liderazgo inspirador
Desde su infancia, Stephanie estuvo vinculada al negocio cementero, acompañando a su padre, Federico Melville, en visitas a las plantas de la empresa. Esta experiencia temprana cimentó su pasión por la industria. Sin embargo, inició su desarrollo profesional en distintas instituciones, que le permitieron obtener una visión más amplia del mundo corporativo financiero para posteriormente descubrir su pasión por convertir los desafíos familiares en ventajas competitivas.
Así fue como su sueño de formar parte de Progreso se hizo realidad hace más de 18 años, cuando asumió el cargo de directora suplente de la Junta Directiva. Desde entonces, ha desempeñado roles clave como directora titular, secretaria de la junta y vicepresidenta. En este último puesto, destaca especialmente la mentoría recibida de José Miguel Torrebiarte, el entonces presidente, quien le ofreció valiosos aprendizajes y apoyo.
En mayo de 2024, Melville hizo historia al convertirse en la primera mujer en asumir la presidencia de Progreso, un hito que tuvo un gran impacto e inspiró a muchas otras mujeres a seguir sus pasos.
Desafíos futuros y otros roles
Actualmente, Stephanie considera que su principal desafío es mantener el legado familiar de 124 años de la compañía mientras lidera la expansión regional de Progreso. Un ejemplo de esto es la reciente adquisición de las operaciones de Cemex en República Dominicana, que refleja la capacidad de la empresa para adaptarse y crecer en un mercado competitivo. No obstante, este avance plantea nuevos retos, como asegurar que la cultura Progreso se mantenga en los diferentes países donde opera y transmitir los valores y principios del fundador a las futuras generaciones.
Además de su rol como presidente, Melville ha sido pionera en el ámbito gremial al convertirse en 2017 en la primera mujer directora de la Cámara de Industria de Guatemala. Esta experiencia ha sido crucial para su desarrollo como líder, brindándole la oportunidad de explorar nuevas estrategias de gestión y enfocar sus esfuerzos en el bienestar del sector empresarial. Como ella misma afirma, este rol también le ha permitido cultivar un profundo sentido de responsabilidad hacia otras mujeres, alentándolas a seguir adelante con esfuerzo y perseverancia.
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