Ser parte de Progreso significa ser parte de una historia que ha trascendido generaciones. Desde que mi bisabuelo, Carlos F. Novella, fundó esta compañía hace más de 125 años, hemos trabajado con base en un único propósito trascendente: construir juntos el país donde todos queremos vivir. En estos días, en los que estamos consolidando nuestra presencia en nuevos mercados, tengo la certeza de que el verdadero valor de nuestra expansión radica en preservar el espíritu familiar y los valores que nos identifican.
Las decisiones estratégicas que tomamos en Progreso están profundamente influenciadas por ese legado que llevamos en el corazón y tenemos la responsabilidad de preservar y trasladar a las próximas generaciones. No buscamos simplemente crecer, sino hacerlo honrando los principios que nos han traído hasta aquí: la integridad en nuestras acciones, la innovación y la sostenibilidad. Esto implica hacer valer una cultura empresarial centrada en el respeto, el trabajo en equipo y la mejora continua, independientemente del lugar al que lleguemos.
La expansión regional es, sin duda, una oportunidad emocionante para consolidarnos como una compañía regional. Sin embargo, también implica el reto de preservar nuestra identidad.
Incorporarnos a nuevos territorios va mucho más allá de una estrategia comercial; significa comprender las particularidades locales y adaptar nuestras prácticas manteniendo vivos nuestros principios fundamentales. Creemos firmemente que cada contexto merece un enfoque respetuoso que permita tejer relaciones duraderas basadas en confianza y valores compartidos.
Para nosotros, el crecimiento sólo tiene sentido cuando es sostenible e integra bienestar económico, social y ambiental. Esta ha sido nuestra filosofía desde el principio, y es lo que nos impulsa a desarrollar estrategias empresariales que generen valor compartido en cada región donde operemos.
La clave está en el equilibrio. Así como innovamos y mejoramos continuamente nuestras prácticas para ser competitivos en el mercado global, mantenemos intacta nuestra identidad familiar, que nos recuerda que lo importante no es solo el éxito financiero, sino el impacto positivo en la vida de las personas. Para lograrlo, promovemos iniciativas que priorizan la sostenibilidad social y ambiental, adaptándonos a las necesidades específicas de cada mercado sin perder nuestra esencia. Y esta visión permea naturalmente en toda la familia Progreso, asegurándonos de que todos remamos en la misma dirección.
El lanzamiento comercial de Cementos Progreso en República Dominicana no solo representa una expansión geográfica, sino también la oportunidad de fortalecer y hacer crecer nuestra Familia Progreso. Queremos que este proceso se sienta como una extensión natural de quienes somos, reafirmando nuestro compromiso de construir progreso en todo lo que hacemos.
Cada generación tiene mucho por enseñar a la siguiente. En Progreso, el conocimiento y la experiencia que han dejado nuestros fundadores y líderes anteriores, son un verdadero tesoro que compartimos con orgullo. Ahora, en República Dominicana, vamos a hacer lo mismo, transmitiremos nuestra esencia y lo aprendido, mientras nos nutrimos de las enseñanzas y perspectiva local de nuestros colaboradores.
Crearemos espacios donde la experiencia de quienes ya llevan años en el camino se combine con las ideas frescas y la energía de los nuevos talentos. Esta mezcla nos permitirá integrar nuestras mejores prácticas con el contexto dominicano, creando soluciones que respeten nuestra tradición y al mismo tiempo respondan de manera innovadora a los desafíos locales.
Desde que Carlos F. Novella fundó esta compañía hace más de un siglo, hemos trabajado con el mismo propósito, construyendo bienestar en las comunidades donde operamos. Hoy, mientras consolidamos nuestra presencia en nuevos mercados, tengo la certeza de que el verdadero valor de nuestra expansión radica en preservar el espíritu familiar que nos identifica.