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El empleo, específicamente el empleo formal, no es sólo una vía para la satisfacción de las necesidades básicas de los individuos. Se trata de un motor fundamental para el desarrollo integral de los países.

Aunque la Organización Internacional del Trabajo (OIT) destaca que una oferta adecuada de empleos impulsa el progreso económico y social de las naciones, existe una realidad generalizada en Centroamérica a la que Guatemala no es ajena: el trabajo informal. El 71.1% de la población guatemalteca ocupada labora en el sector informal. Salarios más bajos, jornadas laborales extensas, falta de seguridad laboral y un acceso limitado a beneficios como atención médica y planes de pensiones son apenas algunas de las caras de la informalidad en nuestra sociedad.

Frente al desafiante panorama actual es crucial reconocer el papel fundamental de la industria en la generación de oportunidades. Desde el impulso del empleo formal hasta la mejora de las condiciones laborales, nuestras acciones pueden contribuir al desarrollo económico y social del país. Aprovechando la fecha del Día Internacional del Trabajo como una invitación a la reflexión, comparto algunas ideas sobre acciones que materializan el compromiso activo que tenemos con la creación de un mercado laboral inclusivo y dinámico que ofrezca oportunidades equitativas para todos:

1 | Entre desafíos y oportunidades; la realidad laboral de las mujeres
En un escenario en el que identificamos avances significativos para las mujeres trabajadoras, no podemos desconocer que la pandemia provocó un retroceso significativo de 18 años en la inclusión laboral femenina, haciendo que la brecha entre hombres y mujeres siga siendo considerable. Estas diferencias se deben en gran medida a una distribución desigual del trabajo remunerado y no remunerado, acceso limitado a políticas de cuidado y condiciones laborales difíciles en sectores de alta incidencia de informalidad.

La inclusión laboral de las mujeres es un derecho fundamental y una apuesta ganadora para el crecimiento y la prosperidad de cualquier sociedad. Así lo confirma el informe “Las mujeres en la gestión empresarial: Argumentos para un cambio”, realizado por la OIT, según el cual el 57% de las organizaciones mejoró su desempeño laboral gracias a la diversidad de género. También se encontró que las empresas con mujeres en cargos directivos experimentaron un aumento en sus beneficios, con incrementos que oscilaron entre el 5% y el 20%. Las cifras confirman los aportes positivos que podemos hacer al mundo laboral.

Como siempre reitero, es crucial trabajar en la responsabilidad compartida de crear -y crearlos nosotras mismas- espacios para que nuestra opinión sea escuchada y nuestra visión sea tenida en cuenta en cualquier área, puesto o industria. Adoptar una postura proactiva en la creación de un entorno laboral más justo para todas las mujeres es una necesidad para aprovechar de manera plena el talento y la diversidad.

2 | Abrirle las puertas al futuro; la inserción laboral de los jóvenes
Según un reciente informe del Banco Mundial, se ha producido una fuerte caída del empleo juvenil en América Latina y el Caribe. En Guatemala, la tasa de informalidad entre los jóvenes de 15 a 24 años llega al 73.4%, superando ligeramente la media nacional. Este dato refleja los desafíos que enfrentan los jóvenes guatemaltecos para conseguir empleo formal, que se suman y agravan su escasa experiencia laboral o la falta de formación en habilidades específicas.

Para abordar esta problemática, es crucial implementar una estrategia integral que priorice su capacitación en áreas demandadas por el mercado actual, como las tecnologías de la información y ventas. Promover el espíritu emprendedor entre los jóvenes y crear políticas que faciliten su inserción en el mercado laboral, como incentivos fiscales y programas de prácticas profesionales remuneradas, también son medidas cruciales para garantizar un futuro laboral más prometedor y equitativo para la juventud guatemalteca.

Conscientes del desafío, la Cámara de Industria de Guatemala creó la división de CIG Joven. Se trata de un espacio para poner en valor la industrialización y promover el crecimiento económico desde la visión y perspectiva de las futuras generaciones. Somos testigos del cambio en la composición de la fuerza laboral del país, marcado por una dinámica de relevo generacional. Por ello, estamos más que comprometidos con ser guías y aprendices de todo lo que el talento joven puede ofrecer para el crecimiento de nuestras empresas, sectores y el país en general. En el encuentro entre generaciones se gesta un futuro prometedor para Guatemala y la región.

3 | Guatemala No Se Detiene: creando nuevas oportunidades
Siempre resulta alentador recordar que el panorama no es del todo negativo y que existen acciones y oportunidades para seguir avanzando. Guatemala se abre camino como un destino prometedor para el comercio y la inversión gracias a factores como la apertura de nuevas plantas de producción y a la mejora en su perfil de riesgo, entre otros. La clave está en atender las tareas que siguen pendientes para consolidarnos como una potencia en la región.

Por un lado, aprovechar la tecnología para impulsar el comercio y la inversión nos permite simplificar y agilizar nuestras operaciones comerciales, atraer inversores y crear empleos en el sector tecnológico. Y por otro, la sostenibilidad comprendida como una necesidad y no como una opción, hace posible que protejamos el medio ambiente y aseguremos la conservación de la riqueza natural de nuestro país mientras creamos empleos duraderos y estables para nuestra gente.

Por último y no menos importante, hoy más que nunca sabemos que al éxito no llegamos solos, sino a través del trabajo en equipo y la colaboración. El trabajo conjunto entre el sector público y privado cumplen un papel clave en esta misión, ejemplo de ello es Guatemala No Se Detiene, un convenio de cooperación interinstitucional firmado entre representantes del gobierno y el sector privado. Una de sus tantas mesas es la de capital humano, la cual contribuye a aumentar la inserción laboral de los guatemaltecos, a través del fortalecimiento de sus habilidades.

Aunque enfrentamos desafíos preocupantes como el alto índice de trabajo informal, estoy convencida de que enfocar nuestros esfuerzos en la formalización generará nuevas oportunidades para todos los guatemaltecos. Es momento de comprometernos activamente con la creación de un mercado laboral inclusivo y dinámico que ofrezca oportunidades para todos.